¿Qué cambios dermatológicos experimentan las mujeres durante el embarazo?
Durante el embarazo las mujeres pueden experimentar distintos tipos de cambios en el cuerpo. Los cambios en la piel y el pelo y la aparición de problemas dermatológicos diversos son un buen ejemplo de cómo la gestación afecta al organismo femenino por dentro y por fuera.
El origen de muchos de los síntomas dermatológicos se da debido a la adaptación que hace el cuerpo de la mujer para prevenir el rechazo del feto durante la gestación. De esta manera, el sistema inmunológico femenino pasa de tener un perfil predominante de linfocitos Th-1 a uno de linfocitos Th-2.
Durante este reajuste del sistema defensivo, aparece una mayor susceptibilidad de la piel de la persona gestante, incrementando el riesgo de enfermedades autoinmunes y reduciendo la inmunidad mediada por las células y aumentando, de esta manera, la probabilidad de infecciones dermatológicas.
En función de su origen, las alteraciones dermatológicas se pueden dividir en tres grandes grupos: cambios relacionados con las hormonas, anomalías preexistentes y alteraciones específicas del embarazo. También se dan otras patologías que se agrupan en enfermedades inflamatorias y en infecciones de la piel.
Es normal experimental cambios en la piel durante la gestación
Principales cambios debido a las hormonas
Hiperpigmentación: alrededor de un 90% de las mujeres durante el embarazo sufren algún grado de hiperpigmentación. El oscurecimiento de la piel se debe al aumento de la hormona estimulante de los melanocitos (MSH) y a los cambios en las venas por el incremento de estrógenos que se dan en estos meses. Los cambios son más pronunciados en las gestantes con piel más oscura. Las areolas mamarias, las axilas y los genitales son las zonas más afectadas. Algunas mujeres también presentan una raya oscura en la línea media de la parte inferior del abdomen, conocida como línea alba.
El melasma: se trata de manchas oscuras que aparecen en el en la cara. La exposición al sol y a otras radiaciones ultravioletas empeoran el melasma, por eso se aconseja el uso de cremas de protección solar de amplio espectro y alto índice. En ocasiones, esta alteración se soluciona meses después del nacimiento del bebé, pero otras veces puede persistir y requerir tratamientos.
Estrías: aparecen en el 90% de las mujeres y se dan cuando el tejido elástico cutáneo se distiende en el abdomen. Detrás de ellas, también están los efectos que generan en las fibras elásticas de la piel los cambios en hormonas como los esteroides adrenocorticales, los estrógenos y la relaxina. De color púrpura y en líneas o bandas atróficas, suelen aparecer sobre todo en abdomen, mamas, nalgas, muslos y brazos. Aunque existen muchos productos para este problema, las estrías no suelen desaparecer tras el nacimiento del bebé, por ello el mejor tratamiento es la prevención, controlando el aumento de peso y aplicando productos antiestrías durante todo el embarazo.
Pelo y uñas: un incremento o disminución del crecimiento y producción de pelo es frecuente durante el embarazo. Algunas mujeres presentan un grado de hirsutismo en cara, labios o espalda generado por los cambios endocrinos durante la gestación, que normalmente desaparece tras dar a luz. Otras gestantes lo que notan es un espesor mayor en el cuero cabelludo, pues en estos meses se prolonga la fase activa de crecimiento del cabello. Luego del parto, el pelo de la cabeza entra en una fase prolongada de caída generando una pérdida que puede durar varios meses o más, incluso hasta un año después del embarazo. En relación a las uñas, lo habitual es que crezcan mucho más rápido durante la gestación.
Cambios vasculares: existe un amplio abanico de manifestaciones en los vasos sanguíneos debido a los cambios que se producen en la producción de estrógenos durante el embarazo. Así, la dilatación, proliferación o congestión de capilares y venas puede dar lugar a arañas vasculares o telangiectasias en cara, cuello y brazos. También eritema palmar, hemorroides, edema en ojos, labios y extremidades, eritema vaginal, dermatografismo, sensación de calor y frío, enrojecimiento facial, entre otras. La mayoría de estas alteraciones desaparecen tras el parto.
Consideraciones previas al embarazo
Como cualquier otra enfermedad crónica, los problemas dermatológicos previos al embarazo pueden cambiar durante la gestación. Casos como los de dermatitis atópica o infecciones fúngicas (por cándida) pueden verse agravados durante el embarazo, por lo que es importante consultarlo y evaluarlo con el médico de manera constante. Otras enfermedades, como la psoriasis, por ejemplo, pueden tener una leve mejoría durante el embarazo.
Las mujeres embarazadas con enfermedades de la piel preexistentes deben evaluar la condición con su médico
Problemas específicos durante el embarazo
Dermatosis del embarazo: su síntomas varían desde picores, erupciones atópicas hasta alteraciones de los valores analíticos.
Acné: es un problema bastante imprevisible en el embarazo, y en muchas mujeres aparece por primera vez durante éste. En función del grado de intensidad del acné será el nivel de tratamiento.
Rosácea: suele empeorar durante el embarazo y requiere de tratamiento sistémico (no local). Algunos fármacos hay que evitarlos durante la gestación por sus efectos sobre el feto.
Pitiriasis rosada: es otro problema inflamatorio de la piel que puede presentarse durante la gestación y puede confundirse con otros problemas dermatológicos. Su causa se desconoce, aunque algunos dermatólogos la asocian con la infección por el herpes virus 6.
Urticaria: se presenta con frecuencia en las embarazadas y puede parecer otro tipo de dermatosis.
Herpes simple: la infección herpética primaria se da en el 2% de los embarazos y con frecuencia es más grave que cuando aparece en mujeres no gestantes. La infección genital primaria o recurrente es una indicación para cesárea y tratamiento farmacológico.
En síntesis, se podría decir que las alteraciones dermatológicas que pueden aparecer durante el embarazo son variadas y con distintas repercusiones. En su mayoría, son problemas transitorios que se solucionan tras el parto. La mayoría de estos trastornos, aunque molestos, no generan graves problemas ni en la gestante ni el feto, no obstante, hay que consultar con el dermatólogo de manera constante para que realice un diagnóstico y el tratamiento correspondiente.
Fuente: Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV)
Periodista Digital por la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP). Especializada en métricas y creación de contenidos por FOPEA. Estudiante de la Licenciatura en Sociología, UNMDP. He colaborado en distintos medios marplatenses. Actualmente, escribo para la revista Maga y mi blog personal: Despuntar el vicio. Leer y escribir, siempre.+ info