Experimento Minnesota: el por qué NO a las dietas mágicas
Surgió en el contexto de la segunda Guerra Mundial, con la intención de paliar los efectos de la hambruna provocada por la situación, y encontrar las claves para una recuperación más eficaz de lo que era considerado una catástrofe humanitaria.
Cuando empiezan los días de calor y notamos que se acerca el verano, por ende el inminente uso de ropa más corta o trajes de baño, empiezan también a resonar las recurrentes frases como: "Me tengo que poner en forma para el verano", "Arranca la primavera y cierro el pico", "Leí una dieta re copada para adelgazar 10 kilos en un mes", etc.
Pero hay que entender que las dietas o mejor dicho, los regímenes para bajar de peso no funcionan y no es un capricho, el NO a las restricciones alimentarias tiene sus fundamentos. De hecho, experimentos históricos demuestran que la inanición severa tiene síntomas que se asemejan a los conocidos trastornos de la conducta alimentaria (TCA).
¿Conoces el Experimento de inanición Minessota? ¿Sabés cuáles fueron los síntomas? ¿Qué efectos tuvo? El Experimento de inanición Minnesota se realizó entre noviembre de 1944 y diciembre de 1945 y se publicó en 1950. Con este estudio, entre 400 voluntarios, se evaluó el impacto de la restricción alimentaria en personas sanas y su objetivo fue someterlos a inanición severa, observarlos y realimentarlos de nuevo, todo ello bajo un estricto monitoreo.
Experimento de inanición Minessota
El experimento contó con 4 fases: control, restricción severa, recuperación restringida y rehabilitación sin restricciones. En todas ellas hubo controles tanto físicos como psicológicos.
¿Cuáles fueron los resultados más destacables?
En la fase 1, los voluntarios llegaron a perder el 25% de su peso y experimentaron mareos, pérdida de cabello, disminución de masa muscular, agotamiento, sensibilidad al frío, trastornos gastrointestinales, hormigueo en manos y pies, edema, dolores de cabeza, dificultades de concentración y comprensión, además de preocupación obsesiva por la comida, y con cualquier cosa relacionada con la alimentación.
En la fase 2, empezaron a desarrollar singulares rituales al alimentarse, se aislaban para comer, tardaban horas en comer su exigua ración, reorganizaban una y otra vez los alimentos en el plato, diluían la comida en agua para que pareciera más abundante y llegaron a consumir tantos chicles, café o té que tuvieron que limitarlo.
En la fase 3, pese a que las raciones iban aumentando progresivamente, el hambre constante no parecía disminuir.
En la fase 4, cuando se les permitió comer con normalidad, la mayoría no podían parar de comer, incluso meses después del final del experimento, como consecuencia de la necesidad de recuperarse del déficit. Esta hiperfagia era como si hubieran perdido el control sobre el apetito, referían hambre constante, incluso cuando terminaban de comer.
Experimento de inanición Minessota
"La historia y la actualidad demuestran que el mundo probó miles de 'dietas mágicas' y fueron justamente ellas, excluyendo a los hidratos de carbono, endiablando las harinas, restringiendo lácteos, carnes o realizando huelgas de hambre, las que corrompieron totalmente el vínculo con la comida, olvidando cuál es el sentido real de comer", señala Virginia Busnelli, (MN 110351), Médica especialista en nutrición y directora del Centro de Endocrinología y Nutrición CRENYF.
"Los hábitos alimentarios no son mágicos, son consecuencia de un trabajo consciente y un compromiso constante con nuestro bienestar. Por eso es importante transmitir, sobre todo en esta época, en la que nos comenzamos a ver más holgados de ropa, que la magia no existe y que la adquisición de una alimentación, completa, adecuada, oportuna, justa y la realización de ejercicio físico son la clave", explica además.
Y resalta: "Argentina es uno de los países que con más 'dietas y recursos para bajar muchos kilos en 10 días'. Tenemos dietas de 700 kcal diarias, batidos de diversos sabores, dieta paleo, la cetogénica, panqueques en polvo, viandas, jugos adelgazantes, celebrities recomendando píldoras, fanáticos por el ayuno intermitente y los instagramers dando consejos sin aval profesional. Por desgracia, muchas personas las aceptan, acceden a ellas, arrancan convencidos con la dieta que eligieron y ahí coincide el comienzo de la privación. Es por eso que los especialistas en nutrición repetimos hasta el hartazgo que 'hacer dietas es una batalla perdida'".
"No caben dudas que los problemas alimentarios y las restricciones son el talón de Aquiles de los pacientes. Es por eso que los profesionales tenemos que cuidar lo que comunicamos y lo que divulgamos. Estamos en una era en la que le decimos No a las dietas y buscamos poner foco en que la sociedad reaprenda a comer. La clave está en cambiar nuestro chip, buscar el equilibrio, buscar ayuda profesional y promover los hábitos saludables", concluye Busnelli.
Soy redactora hace varios años y siempre tuve una fuerte pasión por la escritura. Estudié Ciencias de la Comunicación en la UBA, con orientación en periodismo. También, y fue lo que despertó mi interés por la salud y el bienestar, realicé el profesorado de yoga y actualmente estudio Asistente de Nutrición y Alimentación Saludable. Me parece fundamental que los hábitos saludables formen el 80% de nuestras vidas, con eso me refiero al ejercicio regular y la buena alimentación. ¡Ah! Además comparto recetas saludables en mis redes.+ info